Mi nombre es Alejandro Guerrero. Soy arquitecto por vocación y astrólogo por evolución. Desde mi experiencia, estos dos mundos se complementan y dialogan profundamente. Para mí, son dos pasiones que convergen en una visión integrada del ser humano y su entorno.
Desde que tengo memoria, mi respuesta a qué quería ser de mayor fue siempre la misma: arquitecto. Era una certeza infantil que me acompañó. Curiosamente, una particularidad en mi visión, que me impide ver la profundidad de forma convencional, me llevó desde niño a desarrollar una especial sensibilidad por el espacio y la tridimensionalidad. Mis juegos eran construir mundos, no solo edificios, sino escenarios para la vida, donde cada pieza, por pequeña que fuera, contribuía a un todo con sentido constructivo.
Ese impulso temprano me ha llevado a explorar la arquitectura en su más amplia expresión, participando en proyectos de gran diversidad y escala en diferentes países y culturas: desde aeropuertos y estaciones de tren hasta estadios y hospitales. Lo que me apasiona es la capacidad para crear espacios que dialogan con las personas y su entorno, buscando siempre una respuesta única y personalizada para cada encuentro. Para mí es un acto de escucha y creación, lejos de fórmulas repetidas, donde cada experiencia creativa es una nueva oportunidad para materializar la armonía.
Junto a mi vocación arquitectónica, siempre ha latido en mí una profunda conexión con el estudio del ser humano y los lenguajes simbólicos, un legado familiar que me sumergió desde el inicio en la comprensión de las capas más profundas de la existencia, sin temor a lo que comúnmente se tilda de ‘oculto’. Así, la astrología representó la natural evolución hacia el reconocimiento de un lenguaje afín, un ‘reloj cósmico’ de extraordinaria precisión para cartografiar el alma y los ritmos de la vida. En ella reconozco un sistema que, lejos de imponer un destino, ilumina los potenciales y las energías disponibles para nuestro crecimiento consciente, permitiéndonos sincronizar nuestro pulso vital con el vasto compás del universo.
Para mí, Arquitectura y Astrología son expresiones artísticas que se entrelazan, revelando una comprensión más profunda del ser humano. La Arquitectura me enseña a leer el espacio y a dar forma a lo intangible, interiorizando cómo las estructuras nos contienen y nos definen. La Astrología me ofrece el mapa de ese espacio interior, la ‘creación esencial’ y única de cada instante y de cada ser. En esta confluencia, mi práctica astrológica se enriquece profundamente al abordar sus múltiples lenguajes, ya sean la carta de un nacimiento, la dinámica de una relación o el pulso de un momento, con la mirada de quien aprende del magisterio del Arte de Vivir. Busco iluminar no solo las configuraciones astrales, sino cómo estas resuenan con la idiosincrasia íntima de cada persona y situación, ofreciendo una vía para conectar con nuestra esencia, comprender nuestro lugar en la infinitud cósmica y encontrar la armonía entre nuestro mundo interno y el universo que nos rodea.
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